Básicamente, es importante montar bien una tienda desde el principio. Una estructura estructurada, unos enlaces adecuados y una guía a través de la tienda facilitan la orientación de los clientes y les animan a comprar más productos. Independientemente de la página de aterrizaje en la que aterrice el cliente, éste debe saber inmediatamente de qué trata el producto, qué puede hacer por él y cómo puede adquirirlo de forma rápida y sencilla. Para el último punto, las llamadas a la acción llamativas son una buena idea. Especialmente en el caso de las campañas de marcas patrocinadas, la navegación y, por tanto, la división de la gama de productos en las correspondientes categorías o subpáginas de la tienda desempeñan un papel fundamental. Si los términos de búsqueda específicos de un producto conducen a una subpágina con veinte productos diferentes de otras categorías, el cliente no sentirá que su búsqueda de productos ha sido satisfecha y volverá a abandonar la tienda inmediatamente.

 

¿Por qué? El cliente ve de antemano otros diecinueve productos que no se corresponden con su intención de compra y es muy probable que no tenga ni tiempo ni ganas de desplazarse hasta el final de la página para encontrar el producto que busca.

Cuanto más rápido y menos complicado sea para el cliente la búsqueda del producto, mayor será la probabilidad de que lo compre.